4.2.10


(...) en el silencio de mi reflexión
percibo todo mi mundo interno
como si fuera una semilla,
de alguna manera pequeña e insignificante
pero también pletórica de posibilidades

... y veo en sus entrañas
el gérmen de un árbol magnífico
el árbol de mi propia vida
en proceso de desarrollo.

en su pequeñez, cada semilla contiene
el espíritu del árbol que será después.

dentro de nosotros innumerables sueños
esperan el tiempo de germinar,
echar raíces y darse a luz, morir como semillas...
para convertirse en árboles.


y un día, mientras transitemos
ese eterno presente que llamamos vida,
las semillas de nuestros sueños
se transformarán en árboles,
y desplegarán sus ramas que
como alas gigantescas,
cruzarán el cielo,
uniendo en un solo trazo
nuestro pasado y nuestro futuro.
Jorge Bucay

No hay comentarios:

Publicar un comentario